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¿Sensibilidad dental? ¡Disminúyela!

  • Foto del escritor: Ariadne Espejel
    Ariadne Espejel
  • 4 oct 2016
  • 1 Min. de lectura

La sensibilidad dental se caracteriza por dolor y molestia de los dientes afectados ante un estímulo, ya sea por contacto, temperatura o por sustancias químicas. La molestia dura un tiempo y después vuelve a la normalidad.


Esta hipersensibilidad se debe a la pérdida de esmalte, la capa externa del diente. Esta erosión se puede dar por diferentes motivos. Por ejemplo:


  • Personas que a menudo están en contacto con sustancias corrosivas (nadadores por el contacto con agua con cloro, catadores de vino, etc.).

  • Consumo habitual y en abundancia de alimentos y bebidas ácidos.

  • Tratamiento prolongado con ciertos medicamentos (por ejemplo, ácido acetil salicílico, vitamina C, estimuladores de la producción de saliva, etc.).

  • Personas que padecen hernia de hiato con regurgitación o vómitos reiterativos (por ejemplo, personas con bulimia).

  • Cepillado incorrecto.

  • Bruxismo.





Las pautas recomendadas para casos de sensibilidad dental se basarán en evitar:


  • Bebidas y alimentos que causen dolor.

  • Líquidos muy fríos o los helados.

  • Líquidos muy calientes.

  • De sabor ácido (como las frutas cítricas, zumos, yogur o el vinagre), sobre todo antes de irse a dormir.

  • De sabor dulce (como los caramelos, la pastelería, la miel o los azucarillos).

Para contrarrestar el efecto de los ácidos, se recomienda:


El consumo de alimentos derivados de la leche, con alto contenido de calcio.

A pesar de las molestias que pueda ocasionar cepillarse los dientes, es importante no perder los buenos hábitos de higiene oral, ya que se podría incrementar el riesgo de caries o periodontitis.


Por último, debemos hacer hincapié en la importancia de utilizar un cepillo y una pasta dentífrica específicos para tratar la sensibilidad dental.


 
 
 

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